Por Víctor Hugo Juárez
Puebla MGZ.- En redes sociales, Marilyn Cote se describe como especialista en neuropsicología, psiquiatría y maestra en Criminalística, pero también se presume como karateka cinta negra en séptimo dan, trabajadora del FBI, egresada de la Universidad de Oslo, amiga de artistas como Laura Pausini, entre otras cosas y todo esto, con fotos editadas en Photoshop e imágenes descargadas de Pinterest.
Lo curioso es que, en el Registro Nacional de Profesiones, Marilyn sí tiene cédula profesional como Licenciada en Derecho por la BUAP, Maestría en Criminalística en el Colegio Libre de Estudios Universitarios; y un Doctorado en Psicología por la Escuela Libre de Psicología, pero no de médico, lo que le impide recetar medicamentos controlados como lo hacía con sus pacientes.
Bajo esta personalidad y profesión falsa, Marilyn impartió por varios años consultas de psiquiatría sin tener los conocimientos para hacerlo, desde uno de los espacios más prestigiados en Puebla como son las Torres Médicas de Angelópolis y se dijo socia mayoritaria de la empresa “Fifty Doctors”.
Esta última institución emitió un comunicado en el que se deslinda de la falsa psiquiatra y anunció acciones legales en su contra.
“Derivado de las publicaciones que circulan en redes sociales, donde la señora Marilyn K.C.M. manifiesta ser accionista de ´Fifty Doctors´, invitando a más personas a unirse como inversionistas de este grupo médico, nos servimos informar que esta persona nunca ha sido accionista, ni está vinculada con nuestros hospitales (…) Por ello, señalamos que procederemos en contra de dichos ilícitos, tomando las medidas correspondientes para interponer las reclamaciones judiciales y administrativas necesarias”, indica el boletín.
Pero los pacientes no fueron los únicos engañados por la falsa psiquiatra, pues medios como Milenio la incluyeron en uno de sus reportajes como personajes destacados en la publicación de la Revista Chic.
Después de ser tendencia en “X”, las autoridades sanitarias acudieron a su consultorio para clausurar las instalaciones, por no contar con aviso de funcionamiento, ni permisos para recetar medicamentos controlados.